Cierto es que estuve enamorado. Muy enamorado. Más
allá de lo razonable, tal vez porque la razón no se complace con el amor. Sin
nunca notarlo abandoné la sensatez y me hice a ese tipo de amor. Un amor
excesivo, consecuentemente, dependiente.
Sí, muy enamorado, pero de imágenes y formas
virtuales, de implantes ilusorios realizados sobre realidades de base. Y
continuo muy enamorado, de mis personales creaciones. Como todos.
Filemón
Solo
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