Sobre nuestra alimentación (física)
Podríamos decir que con más o menos este aspecto que hoy lucimos, llevamos unos 35 millones de años, aunque nuestros antecesores más remotos lo hicieran desde, más o menos, unos 70 millones de años.
Podríamos decir que con más o menos este aspecto que hoy lucimos, llevamos unos 35 millones de años, aunque nuestros antecesores más remotos lo hicieran desde, más o menos, unos 70 millones de años.
Todos, bueno, casi todos, hemos recibido lecciones, o tomado el sistema
al observar a nuestros mayores, sobre cómo alimentarnos. Y es solo a la forma
de hacerlo a lo que me refiero.
Los occidentales hacemos uso de utensilios a los que, en castizo,
llamamos “cubiertos” muchos pueblos africanos y de Asia menor, con menos
remilgos y más gérmenes, utilizan su mano derecha. Siempre en el mismo
continente, los chinos se valen de palillos; y así según las costumbres
procedemos a llevarnos la comida desde su contenedor hacia la boca. Y en esto
no hay alternativa.
Desvariando, según una vieja, arraigada costumbre, se me ocurre que si
bien, salvando las ya mentadas diferencias, todos los humanos, de una u otra
manera, nos alimentamos con el único objeto de generar la energía necesaria
para subsistir. Nada novedoso, por cierto, pero el punto en cuestión que aquí
se plantea no es el cómo, sino el qué.
Si nos remontáramos esforzadamente a los comienzos de la raza, veríamos
que la ingesta se adecuaba a aquello que le viniera a la mano al encargado de
la provisión de turno.
No deseo aburrir, ni hacerlo yo mismo, narrando aquellos de los
cazadores, los recolectores, los agricultores, y demás de la ya muy trillada
historia. Deseo ir al hoy, al presente, esa apariencia de tiempo lineal en el
que realmente suponemos vivir.
Durante el término de cualquiera de nuestras vidas nos informan sobre
lo bueno de esto en comparación con lo malo de aquello, ojo que seguimos
hablando de comidas. A vuelta de página la cosa cambia, y aquello que no
correspondía, hoy es la panacea, en tanto el alimento que nos fortificaba
sanamente, y sin colesterol, bueno, que ese ya no es recomendable.
Si uno se toma el tiempo necesario para recabar datos fidedignos por la
Internet, vera asombrado lo cierto de esta contradicción. “Y esto durante el
término de solo un día”.
Es realmente asombroso que luego de 35 millones de años, los humanos no
sabemos, aún, que es lo mejor que debemos comer.
Filemón Solo
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